Concurso de traslados de funcionarios: Función Pública la vuelve a liar, una vez más!!

Unas caóticas bases y una farragosa aplicación informática inducen a error a cientos de funcionarios dejándolos fuera del concurso de traslados.

El pasado 16 de julio se publicó en el DOG la resolución de 13 de julio, de la Dirección General de Función Pública por la que se hacen públicas las puntuaciones provisionales de los funcionarios participantes en el concurso de traslados.

Para su desagradable sorpresa, centeneras de funcionarios pudieron observar con estupor que la puntuación asignada en concepto de méritos era de cero.

Pero el concurso de traslados ya había empezado con mal pie.

Las engorrosas bases del concurso.

CSIF ya lo advirtió durante la negociación de las bases del concurso que, hay que recordar, fueron apoyadas únicamente, y como no podía ser de otro modo, por CCOO y UGT.

Después de transcurridos más de tres años desde la resolución del último concurso de traslados, (convocado en mayo del 2015 y resulto en julio del 2016) Función Pública convoca en noviembre de 2019 un nuevo concurso de traslado para funcionarios de carrera.

Un concurso que se rige por unas nuevas bases. Bases tan innovadoras como incoherentes y confusas que ya de partida provocaron la exclusión de más de 200 funcionarios debido a diversos errores en la presentación de la documentación. Algo que no había ocurrido en concursos precedentes y que era el preludio del estrepitoso caos que se está produciendo.

Una farragosa aplicación informática que ya dio problemas en concursos anteriores.

A pesar de que las bases del concurso de traslados especificaban la necesidad de valorar la posesión de méritos y requisitos, un farragos y confuso programa informático provocó que centenares de participantes se equivocasen en la tramitación electrónica y no validasen sus méritos correctamente, provocando que dichos méritos no fuesen tenidos en cuenta.

Esta misma aplicación informática ya había sido utilizada en concursos anteriores provocando los mismos errores y perjuicios a multitud de participantes. Pero Función Pública, lejos de cambiar su diseño y hacerlo más accesible, optó por mantenerla en este macro concurso a sabiendas de que se produciría el caos y, con él, la frustración de cientos de funcionarios.

A mayores, las bases tal y como fueron redactadas, junto con una interpretación restrictiva de las mismas por parte de Función Pública, imposibilitaron ya de principio la subsanación de los errores derivados de las solicitudes defectuosas, así como la posterior falta de validación de méritos.

Errores, en la práctica totalidad de los casos, no lo olvidemos, causados por unas bases caóticas y un programa informático enrevesado que parecen hechos conscientemente para generar la confusión y la equivocación de los participantes.

Y ahora, como consecuencia de una estrepitosa mala gestión, centenares de funcionarios de carrera van a ver frustradas sus legítimas aspiraciones de mejorar su carrera profesional, sus condiciones económicas o de poder conciliar su vida familiar acercándose a sus casas.

El castigo a los funcionarios que promocionaron durante la tramitación del concurso de traslados.

Del mismo modo, CSIF advirtió en reiteradas ocasiones al Director de Función Pública de la situación en la que se encuentra el funcionario que habiendo participado en el concurso de traslado supera paralelamente un proceso de promoción interna. Una problemática que se viene arrastrando desde hace más de una década.

En reiteradas ocasiones, la última hace ya más de seis meses, el Director de Función Pública se comprometió a dar respuesta. Pero hasta el momento la única respuesta obtenida es su silencio habitual.

Desde CSIF abogamos porque la solución sea que el funcionario pueda elegir entre tomar posesión en el puesto obtenido por concurso, pero en el subgrupo al que ha promocionado o, alternativamente, permanecer en la plaza asignada en la elección de destino derivado del proceso de promoción interna, mediante renuncia válida a la plaza que obtenga en el concurso.

Sin embargo, nos tememos que Función Pública, como viene siendo habitual, adoptará la solución más perjudicial para el funcionario de carrera.